Por fin llegó el día de habitar con música y palabras uno de los recintos más emblemáticos de la mexicanidad: el Templo de San Francisco Javier en el Museo Nacional del Virreinato en Tepotzotlán.
Gracias siempre a David García, el compositor y pianista que viene conquistando los corazones de todos para su causa de concordia y armonía nacional, de amor por las raíces y de reformulación del espíritu de México, la bella y talentosa actriz Giuliana Vega y yo pudimos encontrarnos con un público todo calidez y sentimiento.
Todos enmarcados por la gloria del barroco mexicano, en ese templo que es una maravilla, las imágenes de santos parecían escuchar la voz de Copo de Algodón, su descripción de la vida en el palacio de Moctezuma, su ilusión y su lamento por el mundo perdido.
Hubo una magia muy intensa, un prodigio de luz que entró por la ventana precisamente en el momento en que el texto describía la muerte de Moctezuma, su partida al cielo de los mexicas, obsidiana, copal y mariposas.
Lugar entre los lugares, el recinto nos sostuvo como una copa repleta con el vino de la emoción. Gracias al Instituto Nacional de Antropología e Historia que abrió sus puertas a la historia de una niña azteca, que hoy como nunca quiere narrar y participar, soñar y recordar, construir y amar.
David García Hernández, Giuliana Vega y María García Esperón: Flor y canto para Copo de Algodón en Tepotzotlán |